viernes, 29 de mayo de 2015

Te voy a matar, mamá

La fantasía hecha texto
por Ximena Biosca

Unipersonal potente, con un arduo y simbólico texto de Eduardo Rovner, su estructura dramatúrgica es excelente. Pero todo se potencia por la increíble María Viau, que desborda de matices y pasa por innumerables estados. Todo las fantasías sobre la intrincada relación con una madre están presentes, pero el final nos depara estupor y conmoción, cuando el texto encara un coup de theatre.

El espacio alimenta toda la relación monologada con esa madre omnipresente; la única observación son las luces que no están a la altura del clima que alcanza la obra.

Se ve una muy buena química entre actriz y directora para abordar este texto tan arcillado y oscuro: Herminia Jansezian ha tomado los tiempos y las marcaciones necesarias y se ve una gran dedicación. El texto consigue ritmo gracias a la gran interpretación: su intimidad y algo de voyeurismo interpelan al espectador.

¿No fantaseaste alguna vez con esto? Conjuralo de la mejor manera, sacátelo de encima sublimándolo el sábado a la noche.

Te voy a matar, mamá. de Eduardo Rovner, con MariaViau Puesta en escena y Dirección General: Herminia Jensezián
Tadrón Teatro

jueves, 28 de mayo de 2015

Ay! Carmela

La vida es bella

por Ximena Biosca


La historia es la de Carmela y Paulino, dos cómicos con breve conciencia política en continua gira por los teatros de la República Democrática Española, quienes al cruzar la línea del frente accidentalmente se ven obligados a hacer su espectáculo para el ejército fascista del general sublevado Francisco Franco.

La pieza se estrenó en 1986; Mariani, que ya había hecho la obra en Washington junto a Mona Martínez en 2011, se apropia de un texto del cual está enamorado, con voluntad de perdurar y realizar. Carmela es la representación de la resiliencia de los españoles, y al mismo tiempo del absurdo de la guerra, el grito desgarrador de quien sobrevive con humor y templanza a su sino incomprensible. La trama que la sostiene es la memoria y el arte como vía de escape y recurso indispensable para sobrevivir.

Carmela, en la piel de Elena Roger, es sencilla, sincera, algo ingenua en su trato con los militares. Su dualidad es perfecta: tierna y graciosa, débil y aguerrida, desgarbada y hermosa, con sus trajes deshilachados hechos de cortinas ultrajadas por la miseria y la desazón y morirá trágica, ingenua e injustamente.

Diego Mariani encarna a Paulino, divertido compañero de aventuras de la española, devoto de Carmela que sabe cómo negociar con los poderosos para lograr trabajar como artistas; consigue interpelar al público para pensar qué haría en la situación de estar con un revolver en la cabeza frente a una decisión en la que se va la vida. Su acento, su cocoliche en contraposición al gracejo de Carmela le da un rasgo distintivo.

Los dos artistas trascienden un texto muy dialéctico y exigente, que necesita fluidez y ganar en rimo con las funciones, en una puesta acompañada por el bello diseño de luces. El contrapunto saca chispas pero es imposible no dejar de mirar embelesados a Elena Roger, que se corre de la comedia musical, apuesta y acompaña con dos bellísimas e impactantes interpretaciones.

Ay Carmela nunca se va del todo del escenario, además de la consagrada pantalla de Saura; siempre hay nuevas versiones. Pero para esta habrá que sacarse de encima las otras "memorias" y disfrutar de su singularidad, ese plus que aporta el encanto de Elena.

Ay! Carmela de José Sanchis Sinisterra. Elenco: Elena Roger Diego Mariani Dirección Gral: José Luis Arellano García Diseño de Escenografía: Juan Kayser Diseño de Vestuario: Rosa García Andujar Música y efectos: David R. Peralto Diseño de Luces: Gonzalo Córdoba Diseño de sonido: Rodrigo Laveccia Dirección de Producción: Mariana Correa Director Residente: Edgardo Millán Producción Ejecutiva: Sebastián Arcos Supervisión de Vestuario: Julio C. Fernandez y Matias Begni. Teatro El Picadero

martes, 12 de mayo de 2015

Los 39 escalones

Los 39 ... reloaded
por Ximena Biosca

El film noir de Alfred Hitchcock (1935) requiere no menos de ciento cincuenta roles. Pero para volverlo teatro en versión irónica bastan cuatro actores en una puesta minimalista, no por pobreza de recursos sino por decisión escénica, que encarnan esta historia de espías desenfrenada entre Inglaterra y Escocia, femmes fatales y políticos peligrosos.

Conducido a buen paso con la única ambición de la virtuosidad escénica, este espectáculo es una jubilosa demostración de la magia teatral: todo es transponible, transfigurable, posible. Y los actores son los sacerdotes turbulentos de esta ceremonia extravagante y magnífica, en la que un tren, un auto, una puerta, se transforman y convierten mágicamente en personajes antropromórficos por la forma en que ineractúan con los actores.

Con el éxito de las temporadas anteriores a cuestas, y el elenco y director original -Manuel González Gil a partir de la versión de Pattrick Barlow- el espectáculo está de vuelta en el teatro La Plaza. Acá todo es más espacioso y si bien en un lugar más chico estaba todo perfectamente afiatado como para no perderse gestos, gags y guiños de los protagonistas, en el escenario de la Pablo Neruda todo crece y parece que Laura Oliva, Diego Ramos y Nicolás Scarpino
se expanden junto con el espacio, logrando darle aún más juego a sus ya amplias actuaciones.

A Laura Oliva, Nicolás Scarpino y Fabián Gianola les toca el juego de las cebollas, sacándose y poniéndose capas en el escenario para representar los mil personajes, y lo harán con la gracia y la pericia que les da el oficio y el disfute. Diego Ramos agrega su propio goce, tomando con ligereza y humor al galán estereotípico que hace rato mutó y acá tiene más espacio para el juego de mezclarse con la platea por los pasillos.

Cuando Richard Hannay (su personaje), acusado injustamente de asesinato, debe escapar, esconderse (de las maneras más locas) y develar por sí solo un complot diabólico, la puesta no elige el camino más fácil, porque entre tanto gag todo podría perderse; sin embargo los cuatro actores encuentran precisión y completud en cada uno de sus personajes. Bellas mujeres, un héroe a pesar suyo que se encuentra en el corazón de un affaire que lo supera, un misterio ... el director corrompe con perfecto control los ingredientes del film noir. Hitchock a la salsa descabellada, para un resultado irresistiblemente gracioso, navegando entre misterio, comedia burlesca e historieta. Para lograrlo se explota a fondo todas las posibilidades del teatro, con imágenes proyectadas grabadas, sombras chinescas, luces y esa utilería movible funcional y efectiva. Los efectos sonoros un plus para cualquier Hitchock, pero más en esta versión teatral.

La mecánica es implacable e impresiona en esta pieza imposiblemente rica, donde lo que vale es jugar por jugar, usando los 39 escalones sin prejucios, más allá del tiempo y de las épocas, para trepar con el disloque de lo clásico y alcanzar el puro disfrute de la magia del teatro.

Los 39 escalones. Autoría: Alfred Hitchcok Adaptación: Patrick Barlow Actúan: Pablo Robles, Massimo Tenuta, Claudia Trecu, Marcos Zarzaj Dirección: Manuel González Gil 
PASEO LA PLAZA Av Corrientes 1660 Capital Federal - Buenos Aires - Argentina Teléfonos: 6320-5350 Web: http://www.paseolaplaza.com.ar Entradas desde: $ 280,00 - Domingo - 21:00 hs - Hasta el 24/05/2015 Entradas desde: $ 280,00 - Miércoles - 20:45 hs - Hasta el 20/05/2015 Entradas desde: $ 280,00 - Viernes - 20:00 hs - Hasta el 22/05/2015 Entradas desde: $ 280,00 - Sábado - 22:00 hs - Hasta el 23/05/2015