La vigencia de ver lo bueno
por Ximena Biosca
En un supuesto límite del teatro para chicos, adolescentes o jóvenes (o mejor dicho ese teatro que realmente es para toda la familia, eso que escasea en estos tiempos) esta pieza ve la luz en su tercera temporada y esta vez, transformada y resignificada, con la posibilidad de que uno de los protagonistas se dé el gusto y la realice en su propio teatro. Esa preciosa y funcional sala llamada El Método Kairós, que se inauguró este año, encuentra a Francisco Ruiz Barlett lleno de proyectos y claramente disfrutando de la puesta, porque lo que trasunta es justamente disfrute.
Esta obra atemporal, que deja el alma llena y pregona la importancia de mirar lo bueno, a pesar de las diferencias, cuenta con una excelente dramaturgia, una fábula bien contada y una excelente dirección de Matías Puricelli. Ese es uno de sus diferenciales y la razón de su éxito. Las marcaciones de los personajes, que cambian de edad (pasan de tener 7, 12 y 25 años) en cuestión de segundos con pocos elementos, están bien presentadas y son sorprendentemente eficaces.
La historia es la de Pablo y Julia, que se reencuentran luego de una separación para emprender juntos un viaje a la luna, que se habían prometido de chicos. Y como todo refiere a la infancia de ambos, la historia hará hiatos permanentes: de los protagonistas a los 7 años cuando se conocen, a los 12 y en la actualidad de sus 25 años. Es ahí, en esa transformación en escena en donde Barlett y Sofía Gonzalez Gil (toda candidez e ironía en su Julia) ponen a prueba su histrionismo. En pocos segundos y con una increíble economía de medios (la metonimia perfecta) logran la transformación y verosimilitud de sus criaturas de 7,12 y 25 años. Para la generación de los protagonistas habrá guiños reconocibles de parte del imaginario colectivo compartido (la serie Alf, la salida al cine). Es la única referencia a la temporalidad que tiene la obra. Porque lo interesante es que el tema es universal, abarcativo y ecuménico, y por eso mismo siempre vigente. Las luces (otro hallazgo del Kairós), la música –un ukelele- y un buen intérprete pueden decir muchas cosas sobre las diferencias y el amor de una pareja que perdura, enriquecidas de metáforas y simbolismos.
Una obra deliciosa, que dice que se va en dos funciones, pero que como un valsecito y como la canción que acompaña, está condenada a volver por la vigencia de siempre tratar de “mirar lo bueno”.
Te quiero hasta la luna ¿ida y vuelta? Julia: Sofía González Gil
Pablo: Francisco Ruiz Barlett
Libro: Matías Puricelli
Música original: Francisco Ruiz Barlett
Asist. de dirección: Catalina Lascano
Dirección de actores: Matías Puricelli
Diseño y op. de luces: Martín de Amézola
Diseño gráfico: Martín Bayne
Fotografía: Vicky Medici
Prensa: Varas&Otero
Vestuario: Sofía González Gil
Todos los miércoles a las 20.30hs
EL MÉTODO KAIRÓS TEATRO
El Salvador 4530 – Ciudad de Buenos Aires
Entrada general: $80
https://www.facebook.com/TeQuieroHastaLaLunaIdaYVuelta
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